“Esas tecnologías nos permiten optimizar en tiempo real el funcionamiento de los pozos y se concentra en los recursos no convencionales de Vaca Muerta”, explicó una fuente de YPF. Existen diversas aplicaciones para el rubro petrolero. Una de ellas es un combo de sensores y equipamiento de Machine Learning, que regula y corrige el sistema de bombeo en un pozo para incrementar la producción y prevenir fallas.
El arsenal tecnológico es mucho más amplio. Uno de los más difundidos es el uso de la realidad aumentada para controlar grandes fábricas desde una tableta, abastecida con datos precisos y detallados de todas las áreas de una planta. “Uno de los objetivos es el mantenimiento predictivo, que nos permite prevenir desperfectos”, explicó al Económico el CIO de Acindar, Mauricio Gaggioli. Así, un operario coloca la tableta sobre un área y sobre la imagen aparecen alertas en los procesos productivos.
Tenaris es pionera en el camino hacia la industria 4.0. Hace 2 años aceleraron los programas de transformación industrial, que incluye también un proceso inteligente de control parcial de calidad de la producción de tubos sin costura, que también funciona bajo el esquema de realidad aumentada. “El sistema elabora estadísticas de todo el proceso y determina el porcentaje de fallos y el consumo energético en cada sector, entre otros”, dicen.
Aysa atraviesa ese ciclo transformador. Inicialmente, la empresa estatal de aguas automatizó todo el proceso (manejo de plantas, redes de distribución, redes cloacales y tratamiento de afluentes) con puntos de monitoreo para medir la calidad y la eficiencia. Pero por otro lado, Aysa ensaya un sistema de “mantenimiento predictivo”, con miras a implementarlo el año próximo.
Acindar inició ese camino a fin de 2017, argumenta Caggioli, como parte de un plan para digitalizar la producción: “Primero, identificamos los procesos a mejorar. Y el logro principal, hoy, es que disponemos de toda la información de la compañía en forma transversal y en tiempo real. Con eso logramos acelerar el proceso de toma de decisiones en todas las áreas de la compañía”.
Detrás de todo, está el consumo energético. En Schneider sostienen que casi todos los avances tecnológicos dependen de la generación eléctrica. En el Innovation Summit, Tricoire estimó que desde 1900 “el consumo energético se multiplicó 40 veces”. Más en detalle, el jefe de innovación tecnológica de la multinacional francesa, Emmanuel Larraguirre, sostiene que estamos “en medio de una revolución energética, muy similar a la tecnológica”.
De nacionalidad argentino, el alto ejecutivo estimó que el consumo eléctrico se duplicará en los próximos 20 años y que con el modelo de generación actual “será imposible cubrir la demanda”. Por tal motivo, Larraguirre interpreta que la era de las usinas y las represas tiene los días contados y que las grandes compañías eléctricas afrontan el desafío de reconvertirse “porque las que no se adecúen corren el riesgo de desaparecer”.
El modelo eléctrico del futuro, según describió, estará basado en la autogeneración de los usuarios, principalmente energía solar, que volcarán los excedentes a la red. “Cada vez habrá más empresas, fábricas, data centers, hoteles y hospitales produciendo su propia energía. Esta descentralización de la energía es la revolución que veremos”, dijo.
Según Larraguirre, en este nuevo contexto, el rol de las grandes compañías de electricidad será intermediar y equilibrar la oferta y la demanda. Propiciada por los avances tecnológicos, la energía descentralizada representa una facturación de alrededor de US$1.000 millones y en los próximos 10 años alcanzarían los US$200.000 millones. “En California, por ejemplo, se debate si conviene invertir en nuevas redes eléctricas”, finalizó.
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