viernes, 15 de septiembre de 2017

ESTRATEGIAS DEL CONSUMIDOR EN TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE

Cuáles son las estrategias del consumidor en tiempos de incertidumbre


En un escenario de incertidumbre y crisis económica que atraviesa la Argentina, el consumidor recurre a estrategias que les permiten afrontar los continuos cambios. “El consumidor argentino se adapta, está atento frente a cambios que pueden ser inminentes. Cuenta con un set de herramientas para recortar el consumo cuando el momento sea el indicado por la incertidumbre del contexto, reacciona rápido y en el corto plazo”, explicó Mariela Mociulsky, directora de Trendsity.
En un escenario de incertidumbre y crisis económica que atraviesa la Argentina, el consumidor recurre a estrategias que les permiten afrontar los continuos cambios. Por eso, en el marco de Marketing Attack -organizado por Wise-, Trendsity presentó un estudio sobre el impacto de la coyuntura actual del país en los comportamientos de los consumidores.

Mariela Mociulsky, directora de Trendsity, explicó que los consumidores argentinos recurren a aprendizajes sedimentados por el hecho de haber pasado por diferentes crisis económicas. “El consumidor argentino se adapta, está atento frente a cambios que pueden ser inminentes. Cuenta con un set de herramientas para recortar el consumo cuando el momento sea el indicado por la incertidumbre del contexto, reacciona rápido y en el corto plazo”, explicó Mociulsky.

Nelson Pérez Alonso, director de Cla ves -quien disertó sobre el panorama socio económico en el corto y mediano plazo, liderazgo de las marcas y la situación de los canales- explicó que Argentina suele ser fuente de señales confusas: “Reina una constante incertidumbre, tenemos una historia económica que se parece a la de una montaña rusa. Los cambios de contexto crean amenazas y oportunidades”.

Las estrategias y las tácticas del consumidor en crisis

En el marco de la investigación, Trendsity identificó cuáles son las herramientas a las que recurre el consumidor:

-Adaptados pero alertas: Aprovechan las oportunidades posibles y accesibles. Van por el camino de la racionalidad, y se intenta dejar de lado las compras impulsivas.

-Se resignifica la evaluación de marcas y productos: Un 80% de los consumidores reconoce que busca y compara precios antes de hacer una compra. De esta forma, se genera un doble efecto: se resignan o posponen algunas categorías (incluso para sostener marcas en otras categorías), o se resigna marca o variedad para sostener el consumo de la categoría sin perder calidad. Muchos de estos cambios podrían instalarse y prolongarse, mientras que otros serán discontinuados ante una recuperación.

-El precio es el rey: 1ero, el consumidor observa el precio final y después, lo incorpora o no en el plan de gastos. Es decir, no se deja tentar fácilmente por promociones u ofertas, se permite romper pactos con las marcas para sostener el consumo de categorías, y recurrir a estrategias ya probadas para equilibrar su gasto mensual.

-Más canales: Se visitan diferentes canales de compra para el uso de los descuentos y cuotas vigentes. Se observa un aumento de compra en mayoristas y suelto en algunos segmentos y en otros aumenta la compra al día en comercio de cercanía. Se suman canales funcionales al precio y a la cercanía como ferias de barrio y mercados orgánicos, food trucks, distribuidores con entrega a domicilio, y compra y venta de usados.

-Descuentos en zona de evaluación: Las promociones despiertan interés y generan ventas pero son pasibles de análisis y no son un atributo diferencial. Promociones online como Hot Sale y Cyber Monday, entre otros. Los consumidores se informan y cuestionan los “descuentos y promociones poco transparentes”.

-Cuotas: El pago en cuotas, para algunos es la única manera de poder consumir y adquirir algunos bienes, mientras que para otros es un recurso para ganarle a la inflación.

Pero, del otro lado, ¿cómo pueden acompañar l as marcas en este momento de incertidumbre? Deben acompañar con empatía y responsabilidad las necesidades del consumidor, y seguir presentes en su vida.

Deben ser auténticos, mantener la coherencia y la identidad de la marca, a pesar de los constantes cambios de contexto. También tienen que poder ayudar al consumidor a tener momentos de placer y descomprensión posibles en el contexto recesivo que se está viviendo.

Pero, además, el momento de la crisis es buen momento para la innovación y para escuchar opiniones espontáneas de los consumidores que pueden ser fuente de nuevas ideas.
Según una investigación realizada por Trendsity, durante el 2016 y en lo que va del 2017 el consumidor activó esas herramientas para hacer frente al alza de tarifas y costos. “Hay una expectativa leve de recuperación, con todo, observamos un cambio en los comportamientos de consumo, del consumidor oportunista de hace un tiempo atrás (más bien desinhibido, impulsivo y orientado a la oferta) a un consumidor cauto (medido, racional y desconfiado). El pase se da desde una idea del ahorramos consumiendo a consumimos ahorrando” explicó Mociulsky.

El informe indica que se sostienen las categorías de la canasta básica (alimentos, higiene y limpieza), como así también los servicios básicos. Los “prescindibles” pasan por entretenimiento, bienes durables, turismo, indumentaria y otros gastos fijos.

Los “intocables” son por su parte educación y salud, garantes de progreso. “Hay estrategias que ponen en juego los consumidores medios y altos como cambio de escuela o de pre paga, o recortes de actividades extracurriculares. Estar conectados también es clave para inclusión y logística diaria, no se resigna, se cambia de planes, se busca opciones más económicas. No hay que perder de vista en el imaginario argentino la mayoría es clase media. En la búsqueda de mantenerse como clase la lucha es por mantener el capital cultural aún en tiempos de crisis”, indicó Mociulsky.

La actitud predominante, según explica la especialista, continuará siendo la cautela, el consumo alejado del placer y sin impulso. “Un consumo moderado, sin espacio para maniobras extremas. Sin asumir compromisos a mediano y largo plazo”.

Walter Morales, presidente de Wise, habló sobre el perfil del consumidor argentino, la efectividad de las promociones y la combinación de marketing on y offline. Indicó que el mayor margen de ganancia va estar entre los qu e les vendan a los 2 o 3 primeros deciles de la población, porque se llevan el 60% de los ingresos. “En los 7 deciles restantes no sólo vamos a tener el problema que se llega con productos de menor valor agregado, sino que también se aumente la demanda en marcas propias, segundas marcas y primer precio, incrementando a la vez el gasto en logística para su distribución. Esto nos va obligar a replantearnos la expansión territorial con este tipo de productos".

"A favor, las empresas que inviertan en marketing y avancen sobre una reestructuración comercial tienen mucho que ganar. Es importante que puedan incorporar la cultura de hacer negocios en el punto de venta, atender a las redes sociales, tener CRM, en lugar de solamente levantar pedidos. Es importante estar tecnológicamente preparados en tiempos más exigentes”, agregó Morales.

Según la consultora Nielsen, más del 45% de los latinoamericanos antes de realizar una compra buscan informa ción sobre los productos y un 33% también busca descuentos. Se observa entonces, que los consumidores buscan la conveniencia en este escenario de incertidumbre.
Otras variables que pueden influir son la cercanía y las facilidades que ofrece el lugar de compra. 
De acuerdo a informes realizados por Nielsen, el 59% de los latinos afirma que una localización conveniente influye en su decisión de comprar en una local u otro.

sábado, 9 de septiembre de 2017

El Showrooming gana terreno

En su libro 50 lecciones de precios de la vida real, Ariel Baños, economista fundador de la página web llamada fijación de precios, define claramente el concepto de showrooming: "los comercios comienzan a cansarse de ser el salón de exhibición gratuito de los sitios de venta online". De esta forma, el showrooming vendría a ser como la transformación de las tiendas físicas en salones de exhibición de productos que finalmente los consumidores terminan comprando por Internet.

Pero para que este fenómeno sea un dolor de cabeza para los comerciantes tradicionales tienen que darse dos condiciones: por un lado tiene que ser un producto viable para la compra por Internet y por otro debe tener un precio medio alto, para que el cliente considere la compra como una inversión significativa para su presupuesto, lo que justifique dedicar tiempo para ver alternativas antes de definir dónde y cómo adquirirlo.
También pesa que haya un nivel alto de incertidumbre sobre las características de lo que se está por comprar. "Se trata de productos donde el look and feel -verlo y sentirlo- es importante para el comprador y entonces la visita al local sirve para despejar dudas, y luego sí, animarse a comprar por Internet y aprovechar el ahorro", agrega Baños.
Las categorías de productos más sensibles al showrooming son artículos electrónicos, electrodomésticos, muebles, indumentaria, autopartes y juguetes, entre otros rubros

"Estoy mirando"

Esta modalidad de visita que mira pero no compra afecta en forma directa e inmediata a los comercios minoristas tradicionales, que son los que invierten en las instalaciones, personal y en stock. Las marcas de una forma u otra venden sus productos y esto explica su falta de acción sobre este fenómeno. Pero Baños enfatiza que esto afecta a las marcas a largo plazo, principalmente porque los locales dejan entonces de interesarse por trabajar con marcas que no se preocupan por proteger la rentabilidad de sus socios comerciales.
"En otros casos, los comerciantes tradicionales se han inclinado por involucrar activamente a los fabricantes, y exigirles que se establezcan precios sugeridos, que aún cuando fueran algo superiores para el canal tradicional que para Internet, se trate de una diferencia que no provoque una fuga masiva de clientes hacia el e-commerce", agrega el especialista.
El Showrooming gana terreno
El Showrooming gana terreno.
Sin embargo, no hay que alarmarse, la existencia del showrooming no pone en peligro al comercio tradicional. "Por ejemplo, se nos quemó el motor de la heladera, y no funciona más. Es un producto que no admite demoras en la compra. Aquí Internet puede tener precios excelentes, pero generalmente supone un tiempo de espera para la entrega. Entonces si un comercio tradicional ofrece entrega inmediata esto representa una ventaja insuperable para el cliente, aunque el precio pudiera ser un poco más alto", explica Baños. Existen muchos beneficios del comercio tradicional que Internet no puede superar.

¡Compre ya!

"Si el cliente hace showrooming es que está en nuestro punto de venta y eso es una oportunidad para interactuar con él, si no compra es porque no tenemos la propuesta de valor que buscaba y tenemos que trabajar para lograrla" dice Martín Romero, director de Marketing & E-Commerce de Frávega. Un dato a considerar es que si bien el porcentaje de ventas online de Frávega crece exponencialmente, "más del 60 por ciento de nuestras ventas de e-commerce terminan con un pick up in store en la sucursal con lo cual es difícil entender que hubiese sucedido si ese local no estaba", agrega.
Además, hay que tener en cuenta que este tipo de retailers venden productos como por ejemplo heladeras, cocinas, estufas, aire acondicionados, lavarropas, que están en los hogares por largos años, entonces es razonable que el consumidor quiera verlo y tocarlo antes de comprar.
En ese sentido, Frávega trabaja para mejorar la experiencia en los locales y está en un cambio profundo de transformación de vendedores a asesores porque los clientes van a los locales con una investigación previa sobre el producto y ese asesoramiento final es el que tiene que definir la compra. Además, para Romero, no importa el canal que el cliente elija: "hay que ser competitivo en todos", afirma.
Por su parte, Garbarino repensó el modelo de venta en las sucursales, para que sea rápido y fácil con un fuerte acento en la atención en manos de especialistas que asesoran y brindan soporte, "se genera una mayor seguridad comprando en el local en comparación a una compra online. El cliente elige comprar en la sucursal física porque 'experimenta' el producto, lo ve, lo toca y puede llevárselo en el momento", afirma Carla Acevey, directora de E-Commerce y Marketing de la empresa. A la vez destaca que al igual que su competidor, una gran parte de la clientela -en su caso un 85 por ciento-, opta por la compra online con retiro en sucursal; lo que le permite al cliente ver el producto que compró antes de retirarlo.
La tienda deportiva On Sports apuesta todo a la experiencia en lo que denomina un parque deportivo en Ituzaingó, un mega local de 2300 metros, donde se pueden probar los productos pero además cuenta con una pista de atletismo, un skate park, una palestra, una mini cancha de fútbol, un arco de hockey, un aro de básquet y un espacio de training. Suma especialistas, personas que practicaron distintos deportes con la formación para asesorar sobre qué tipo de calzado o indumentaria usar y sobre cómo iniciarse en una determinada actividad física. Para Bárbara García Castro, responsable de comunicaciones de On Sports, el showrooming vino para quedarse y afecta a la mayoría de las marcas. La compra online está haciendo replantear las experiencias de compra del mundo off line. Ya no alcanza con ofrecer un producto, hay que generar una experiencia de compra que brinde mucho más que eso. Hay que aprovechar la presencia del cliente en la tienda al máximo, ponerle todas las fichas a la experiencia para que la compra se decida en el momento.

jueves, 7 de septiembre de 2017

CASO MOLINO CAÑUELAS

Molino Cañuelas, un gigante nacido en el sur cordobés con negocios en toda la región

Pionera en la integración vertical de la producción triguera, la compañía de la familia Navilli nació hace más de 85 años en Laboulaye y hoy es uno de los principales grupos industriales del país. Con más de 3.000 empleados, divide sus negocios en 3 segmentos: Retail -con brands como 9 de OroPurezaFlorenciaCañuelas, entre muchos otros-; producción de alimentos -con 21 plantas en Argentina y Sudamérica que la transforman en el primer productor y exportador de harina de trigo en Argentina- y agroservicios, abasteciendo a más de 8.000 productores. Su presidente, Aldo Navilli (foto), cuenta más sobre este holding que en los últimos 40 años creció sostenidamente al 10% anual, un caso inédito entre las empresas nacionales.
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Muy pocos conocen que más de la mitad de las exportaciones de trigo de Argentina durante el último año salieron de este holding fundado en el sur cordobés, o que esta compañía tiene más de 200 productos alimenticios en el mercado del consumo masivo.
Apenas algunos son los que saben que el año pasado esta firma le compró siete molinos a la multinacional Cargill, fortaleciendo su liderazgo en ese mercado y transformándose en el productor de harina de trigo más importante del país.
Y menos son los que registran este dato: desde 1977 la empresa tiene un crecimiento sostenido anual mayor al 10%, un caso único entre las empresas nacionales.
Estos son algunos de los ejemplos que dan cuenta de la gigantesca magnitud de Molino Cañuelas, empresa paraguas bajo la cual están las demás compañías que comprenden el grupo.
“Molino Cañuelas es una empresa argentina de origen cordobés, productora y comercializadora de alimentos, líder en la región y con negocios integrados verticalmente que garantiza la calidad de sus productos, el manejo de materias primas y la eficiencia en todos sus procesos”, así resume Aldo Navilli, hoy el titular de la firma nacida en 1931, cuando su familia adquirió un molino harinero en la ciudad de Laboulaye. Luego aquel emprendimiento familiar con la adquisición del molino de Adelia María (1955) y con la compra de una fideera en Río Cuarto (1974).
Con un crecimiento sostenido y 80 años de experiencia en la industria alimenticia, la compañía se consolidó en un grupo industrial que cuenta con más de 3.000 colaboradores y que se especializa en la elaboración de harinas, aceites, galletitas, panificados, pastas secas, pan rallado, rebozadores y pre mezclas para pizzas, ñoquis, buñuelos y alimentos congelados para consumo masivo e industrial llegando con sus productos a la mesa de los argentinos y a más de 150 países.  
Integración vertical, la clave de la expansión
Molino Cañuelas divide su estrategia productiva y comercial en tres segmentos bien definidos: Productos al Retail, Producción de alimentos con marcas, y Agro-servicios y abastecimiento sustentable.
El primero es quizás el más conocido por el público general ya que la empresa cimentada en Córdoba fabrica y comercializa más de 200 productos de marca de consumo masivo. Brands como 9 de Oro, Pureza, Mamá Cocina, Cañuelas, San Agustín, Paseo, Florencia y  panificados congelados son los más representativos y se comercializan a través de cadenas, mayoristas, distribuidores y foodservice.
El segmento de Producción de alimentos con marca de este gigante se consolida bajo un esquema de 21 plantas de producción, en toda Sudamérica.
Esta división expandió su presencia en la industria molinera  el año pasado a través de la compra de siete molinos a la multinacional Cargill. “Nos permitió fortalecer nuestro liderazgo en el mercado y transformarnos en el productor de harina de trigo más importante de Argentina”, explica Navilli.
Hoy la firma procesa el 28,5% del volumen total del trigo a nivel nacional y es el exportador número uno de harina de trigo del país, con el 50,5% durante el último año.  
Dentro de este segmento también se incluye a Cañuelas Pack, la unidad de envases flexibles de Molino Cañuelas, que en menos de una década logró posicionarse en el top five de las productoras más importantes del país en su rubro.
Por último, a través del segmento de Agro-Servicios y abastecimiento sustentable, la empresa tiene por objetivo posicionarse como un jugador de peso en el suministro constante de granos, con presencia en una red de más 8.000 productores agropecuarios en Argentina. La estrategia comercial incluye una red de más de 90 sucursales y cerca de 30 plantas de clasificación y acondicionamiento, concentrándose más del 25% de ellas en la provincia de Córdoba, y cubriendo con el 75% restante casi el 100% de la superficie productiva del país.
Como parte de su estrategia, Molino Cañuelas también cuenta con un puerto propio en Zárate, provincia de Buenos Aires (Terminal Las Palmas), estratégicamente ubicada con claras ventajas competitivas para el segmento de negocios de exportación, permitiéndoles llegar desde allí a los cinco continentes.
“Al generar un modelo de negocios integrados verticalmente, Molinos Cañuelas fue pionera en integrar toda la cadena de valor de la harina, partiendo desde la siembra del trigo hasta la entrega de los productos manufacturados que llegan al consumidor final, en Argentina y en el mundo”, concluye el presidente de esta empresa que emplea de manera directa a más de 3.000 personas.
Desde hace 40 años, creciendo al 10% de crecimiento anual
Molino Cañuelas es un gigante regional que a través de un sistema de gestión integral focalizado en la calidad y la innovación -diseñado por el actual presidente de la firma - consolidó su posición en el mercado.
Desde la empresa enumeran algunas de las mejoras en su portfolio de productos que le permitieron ir ganando market share en las últimas décadas. A saber: la producción de harinas fortificadas -práctica que luego debió ser impuesta por ley al resto de la industria-, el desarrollo de un pico vertedor en los aceites para dosificar el producto que permite ahorro en el consumo y menos derrames, premezclas industriales que facilitaron la labor de los panaderos, rebozadores y pastas fortificadas, harinas y premezclas con levadura natural incorporada, entre otras.
“Nos anticipamos a las tendencias mundiales y logramos un crecimiento sostenido anual mayor al 10%, un caso inédito en el mercado argentino”, destaca.
En esa búsqueda de innovación, desde 2014 la empresa desarrolló una nueva unidad de negocios de panificados congelados, abriendo una moderna planta en la localidad bonaerense de  Carlos Spegazzini, donde se producen panes, pizzas, muffins y donas, además de galletitas. Es uno de los rubros industriales del holding con mayor potencial de crecimiento.
Sustentabilidad, eje de lo que viene
Si bien la compañía trabaja desde hace años con certificaciones productivas que se focalizan en políticas de triple impacto (ISO 9001, FSSD/ISO 22000, ISO 14001 y OSHAS 18001) “Molino Cañuelas está motivada en generar prácticas socialmente responsables, apoyadas en un modelo de desarrollo sostenible que privilegie no sólo el logro económico sino también el aporte de valor social y ambiental”, explican desde la firma. En este marco, destacan que este año recibieron el premio a la sustentabilidad otorgado por la revista británica CFI.co como la empresa de Agro Industria de Argentina a la  Mejor  Gestión Ambiental, Social y de Gobierno.
Un cordobés de perfil bajo y gran vocación por el trabajo
Aldo Navilli (65) es oriundo de Laboulaye. A sus 14 años ya trabajaba con su padre en el negocio de la molienda de trigo y a los 24 se transformó en el CEO de Molino Cañuelas.
La estrategia de Navilli fue apostar tanto al mercado interno como al resto del mundo. Condujo a Molino Cañuelas a liderar el mercado local de premezclas saladas y dulces, galletas y harinas con sus marcas al tiempo que lidera la producción y exportación de harina de trigo. Hay más de 60 marcas de su compañía en 150 productos.
El titular de Molino Cañuelas es, además, consejero en Agropecuaria AN, Puramel, Santa Cecilia, y otras empresas que son parte de la “empresa madre”. También es accionista mayoritario de Viu, la empresa textil  que fabrica y vende las marcas Vitamina y Uma.
Sus apariciones en la prensa a lo largo de su carrera profesional han sido muy pocas.

INNOVACIÓN EMPRESARIAL

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